En sus sólo 20 kilómetros de largo, Formentera esconde algunos rincones especialmente bellos.
• Faro de La Mola. Si hay una imagen típica de Formentera es este faro, al que se puede llegar tanto a pie con una de sus ‘rutas verdes’ como por carretera, por la que normalmente se circula en bicicleta o en moto.
• Es Caló de Sant Agustí. Pequeño núcleo pesquero en el que unas pequeñas construcciones de madera sirven de refugio a las embarcaciones que allí recalan.
• Faro del Cap de Barbaria. El paisaje de este rincón, de carácter casi lunar, contrasta con el azul del mar. Desde allí se ve la cova foradada, una roca con la superficie agujereada por la naturaleza, y el islote de Es Vedrà, en la costa de Ibiza.
• Torre de sa Punta Prima. Una de las 5 torres de vigilancia para la defensa de los ataques de los piratas que tenía la isla de Formentera. Se encuentra en buen estado de conversación, está próxima a la playa de Es Pujols y ofrece unas vistas espectaculares del entorno.
• Punta de Sa Pedrera. Entorno muy apreciado por los amantes del buceo, ya que en ella se puede observar la Posidonia. Su parte terrestre está formada por rocas de extrañas formas desde las que contemplar uno de los mejores atardeceres de la isla.
• Sant Francesc Xavier. La localidad de mayor entidad de Formentera tiene diversos rincones que merece la pena descubrir como la Iglesia de Sant Francesc Xavier, la plaza del Ayuntamiento… y los diversos comercios y restaurantes que congrega el paseo peatonal.
Si hay algo que caracteriza a Formentera son sus playas, que transportan al visitante al lejano Caribe sin salir de Europa:
• Migjorn. De fácil acceso y bien dotada de servicios, esta zona de playas se extiende a lo largo de 5 kilómetros de arena fina y blanca.
• S’Espalmador. Isla dentro de la isla. Una playa de una tranquilidad salvaje y especial. Se puede llegar a ella caminando por el mar a través del Pas de Trucadors que se encuentra al final de Ses Illetes.
• Ses Illetes. La mejor playa de Europa según los usuarios de TripAdvisor. Un lugar imposible de olvidar por su encanto, simbolismo y carácter natural.
• Cala Saona. Playa de obligada visita a pesar de su pequeño tamaño, unos 150 metros de longitud, por sus vistas y sus bellos atardeceres.
• Es Pujols. La playa con más ambiente de la isla ya que es de las pocas situadas junto a un núcleo urbano.
• Es Caló d’es Mort. Su situación, junto a la subida de La Mola, separa a esta pequeña cala de unos 70 metros de longitud de todo lo que pueda perturbar la paz del lugar.
A pesar de ser muy pequeña, la isla de Formentera ofrece numerosas posibilidades al visitante.
• Deportes acuáticos. Submarinismo, kayak, buceo, vela… cualquier actividad acuática tiene en esta isla el lugar ideal por la calidad de sus aguas cristalinas.
• Rutas. Ya sea a caballo o a pie, Formentera es el terreno apropiado para que tanto los más deportistas como los más sedentarios disfruten de todo tipo de rutas, ya que la altura más elevada de la isla tiene únicamente 192 metros sobre el mar.
• Música. Música popular, jazz, world music, fiestas flower power… las expresiones culturales más agradables tienen cabida en los locales de esta isla, que sabe mimar a sus visitantes con la mejor oferta cultural.
• Gastronomía. La rica gastronomía de Formentera permite entregarse a los placeres culinarios. En la isla se pueden degustar magníficos arroces, pescados y mariscos, así como algunos dulces y bebidas típicas y diversos platos comunes con el resto de las islas de Baleares, todos ellos con un marcado carácter autóctono y tradicional.